La región.

La Garde-Adhémar

Anidado en una colina con vistas impresionantes al valle, La Garde-Adhémar es un encantador pueblo medieval. Sus calles empedradas serpentean entre las casas de piedra dorada, llevando a una pintoresca iglesia y un antiguo castillo. Los jardines floridos y las plazas sombreadas invitan a la relajación, mientras que los panoramas recuerdan la rica historia de la región.

Nyons

En el corazón de los olivares y campos de lavanda, Nyons desprende un aroma embriagador de la Provenza. Conocido como la 'Pequeña Niza' por su generosa cantidad de sol, el pueblo se destaca por sus estrechas calles bordeadas de casas con persianas coloridas. Su animado mercado ofrece una gran variedad de productos locales, desde aceitunas y aceite de oliva hasta vinos regionales.

Vaison-la-Romaine

Testigo del glorioso pasado de la Roma antigua, Vaison-la-Romaine es un viaje en el tiempo. Las ruinas romanas bien conservadas, incluyendo un puente que cruza el río, contrastan con el encanto del pueblo medieval encaramado en la cima. Las plazas sombreadas, las fuentes murmurantes y los acogedores bistrós invitan a sumergirse en la atmósfera provenzal.

Dieulefit

Anidado en las montañas, Dieulefit respira tranquilidad y creatividad. Este pueblo artesanal es conocido por sus cerámicas hechas a mano y su ambiente artístico. Galerías de arte, talleres y tiendas independientes salpican las calles empedradas. Su atmósfera relajada y bohemia lo convierte en un lugar apreciado por los amantes del arte y los espíritus libres.

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Richerenches

Richerenches, paisible et pittoresque, est surtout connu pour être le cœur de la truffe en Provence. Chaque hiver, le marché aux truffes attire les connaisseurs et les curieux, créant une ambiance animée et délicieuse dans ce village autrement tranquille. Ses ruelles étroites et ses maisons en pierre blanche offrent un cadre charmant pour découvrir les saveurs de la région.

Los mercados provenzales de Grignan.

Los mercados de Grignan despiertan los sentidos con una explosión de colores y sabores. Los puestos rebosan de productos locales: frutas jugosas, verduras frescas, quesos aromáticos y hierbas aromáticas. La atmósfera animada va acompañada del aroma de las hierbas de la Provenza y las sonrisas cálidas de los comerciantes. Es un lugar ideal para probar la autenticidad culinaria de la región.

Sainte-Cécile les Vignes

Rodeado por viñedos a perder de vista, Sainte-Cécile les Vignes encarna el espíritu vitivinícola de la Provenza. El pueblo respira tranquilidad con sus callejones serenos y casas de piedra. Las bodegas reciben a los visitantes para degustar los famosos vinos locales, ofreciendo una experiencia gustativa que celebra la unión entre la tierra y la vid.



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